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Daniel Lozano explora cรณmo el ritmo frenรฉtico del capitalismo y la inmediatez estรกn empobreciendo el consumo cultural. El arte โmรบsica, cine, arquitecturaโ se adapta a una sociedad que demanda rapidez y simplicidad, con redes sociales e IA promoviendo experiencias superficiales. Ante esto, la naturaleza se convierte en un refugio para recuperar el silencio, la conexiรณn humana y la profundidad que el consumismo nos ha robado.
5/8/20245 min read
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Vivimos en un mundo vertiginoso, saturado de estรญmulos, donde el capitalismo moldea nuestras vidas de una forma atroz. La manera en la que consumimos cultura ha cambiado radicalmente, impulsada por la velocidad, el ruido constante y la necesidad de inmediatez. Esta transformaciรณn no sรณlo afecta a los productos culturales, sino tambiรฉn a la forma en que interactuamos con ellos.
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Antes, las canciones y sus arreglos musicales se tomaban su tiempo. Habรญa una intenciรณn deliberada de permitir que los pasajes ocuparan su lugar, sin importar la duraciรณn. No habรญa urgencias para la belleza. La mรบsica era un viaje y el oyente se permitรญa ser paciente. Hoy, sin embargo, vivimos una realidad distinta. En la era de lo inmediato las canciones estรกn compuestas con la inmediatez de captar la atenciรณn de los oyentes en los primeros segundos. Es el todo o nada de la celeridad, no son tiempos para la observaciรณn, la pausa o la espera. Todo confeccionado ad hoc para acompaรฑar nuestro ๐ฎ๐ถ๐ญ๐ต๐ช๐ต๐ข๐ด๐ฌ๐ช๐ฏ๐จ, ligero y fรกcil de digerir en esta era de esclavitud moderna donde nos sentimos constantemente desbordados.
El mercado estรก plagado de fรณrmulas repetitivas que, aunque eficaces para asegurarse un lugar en la sobreabundante informaciรณn, han reducido la complejidad musical (no es mรกs que un eufemismo de que se hacen productos culturales para cerebros en modo ahorro de energรญa).
Se busca lo efรญmero, lo que pueda viralizarse, lo que no incomode al oyente con transiciones largas o melodรญas que requieran tiempo para ser apreciadas. Dime cuรกntos likes tienes y te dirรฉ cuรกnto vales en esta brillante sociedad de consumo, donde la validaciรณn personal se mide en el altar de la popularidad digital, con corazones digitales y no en calidad.
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El ejemplo mรกs claro de esta urgencia cultural es TikTok, plataforma que ha impuesto un formato de consumo cultural basado en lo breve, lo simple y lo inmediato. En el scroll infinito, donde todo lo que no es fรกcil de consumir y digerir queda descartado, la cultura parece estar siendo transformada por la tiranรญa de lo efรญmero. ยฟCรณmo puede la mรบsica, la literatura o el cine sobrevivir en un entorno donde las limitaciones del formato vertical y los pocos segundos de atenciรณn son la norma?
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Este fenรณmeno no se limita a la mรบsica. La literatura tambiรฉn ha sufrido los efectos del dรฉficit de atenciรณn. La lectura profunda, que requiere tiempo y concentraciรณn ha sido reemplazada por fragmentos de texto diseรฑados para ser consumidos en cuestiรณn de minutos. El cine, cada vez mรกs fragmentado por la necesidad de captar audiencia en los primeros minutos, se enfrenta al reto de competir con la constante presencia y rapidez del contenido en redes sociales. Esto impulsa el consumo en formato episรณdico y la proliferaciรณn constante de muchas series. Este nuevo paradigma se acopla al vertiginoso dรญa a dรญa (o esclavitud moderna) de los consumidores, obligando al cine a ajustarse para atraer a un pรบblico que busca experiencias breves y dinรกmicas.
Otras disciplinas como la danza se enfrenta al formato de la fragmentaciรณn impulsado por la viralidad de las redes sociales, donde las coreografรญas breves desplazan la experiencia completa que ofrece una obra de danza en toda su extensiรณn.
Por otro lado, la pintura, convive con una sociedad saturada de imรกgenes y comparte espacio con la cultura del โscrollingโ que desvaloriza la contemplaciรณn, dificultando cualquier conexiรณn profunda con las obras y alejรกndonos de cualquier acercamiento a la reflexiรณn.
Las esculturas, que requieren un espacio fรญsico y una interacciรณn pausada, sufren el impacto del deseo de la inmediatez, convirtiendo el paseo por un museo en una simple oportunidad para realizar fotos y hacerse unos cuantos selfis.
Respecto al teatro, la atenciรณn de un pรบblico acostumbrado a estรญmulos constantes, se convierte en un desafรญo en donde la duraciรณn y complejidad de las obras parecen mรกs una amenaza que un deleite ante una sociedad habituada a propuestas de narrativas mรกs rรกpidas (por hacer un eufemismo).
Por รบltimo, la arquitectura tambiรฉn se ve afectada por esta dictadura de la inmediatez, relegรกndose en muchos casos a un fondo para fotografรญas estupendas y dignas de ser colgadas en las redes sociales y despreciando su naturaleza inspiradora y su capacidad para generar experiencias espaciales, lo que dificulta una verdadera valoraciรณn de su diseรฑo y propรณsito. Si Buonarroti levantase la cabezaโฆ
๐๐น ๐ฐ๐ฎ๐ฝ๐ถ๐๐ฎ๐น๐ถ๐๐บ๐ผ ๐ ๐น๐ฎ ๐ฐ๐๐น๐๐๐ฟ๐ฎ: ๐ฑ๐ฒ๐น ๐ผ๐ฟ๐ฑ๐ฒ๐ป ๐ฎ ๐น๐ฎ ๐ฟ๐๐๐ถ๐ป๐ฎ
El capitalismo nos obliga a ser ordenados, previsibles y rutinarios. En nuestra rutina diaria nos sentimos libres eligiendo a golpe de click y sin descanso alguno bajo la ignorancia de no ver nuestra mรกs absoluta decadencia y falta de libertad. Como consumidores somos ratas de supermercado, un blanco fรกcil atrapadas en el trรกfico, rodeadas de ruido y soledad. La cultura, que venรญa siendo refugio de lo complejo y lo trascendente durante siglos, ha sido arrastrada por este caos. Lejos de las comunidades que estaban unidas gracias a la cultura, viramos hacia la apocalipsis y la desintegraciรณn social.
๐๐๐น๐๐๐ฟ๐ฎ ๐ฏ๐ฎ๐ท๐ผ ๐ฎ๐น๐ด๐ผ๐ฟ๐ถ๐๐บ๐ผ๐: ๐๐ฎ ๐ถ๐ป๐ณ๐น๐๐ฒ๐ป๐ฐ๐ถ๐ฎ ๐ฑ๐ฒ ๐น๐ฎ ๐๐ ๐ฒ๐ป ๐น๐ฎ ๐ฒ๐ฟ๐ฎ ๐ฑ๐ฒ ๐น๐ผ ๐ฒ๐ณรญ๐บ๐ฒ๐ฟ๐ผ
La inteligencia artificial (IA) estรก teniendo una incidencia significativa en el consumo cultural, acelerando la tendencia hacia lo inmediato y lo superficial. A travรฉs de algoritmos, la IA optimiza el contenido que consumimos para captar nuestra atenciรณn, priorizando lo efรญmero sobre lo profundo y fragmentando aรบn mรกs la experiencia cultural. Ademรกs, en la creaciรณn de contenidos, la IA tiende a repetir fรณrmulas, lo que refuerza la homogeneizaciรณn de la cultura y supone una amenaza para lo imprevisible.
Pero no todo es de color negro. La IA tambiรฉn puede convertirse en una herramienta de resistencia, permitiendo a algunos creadores explorar nuevos territorios y desafiar las tendencias dominantes. El riesgo estรก en cรณmo decidimos usarla: puede perpetuar la cultura predecible y superficial o ser un medio para recuperar profundidad y creatividad en un mundo sobrecargado de informaciรณn rรกpida. Pero mi miedo es que, viendo el patio como estรก y viviendo en la urgencia, lo inmediato y la competencia por lo econรณmico, temo que el ser humano utilizarรก la IA para deshacerse de trabajo en lugar de usarla como una extensiรณn de una propuesta ya elaborada y reflexionada. Ojalรก me equivoque, ojalรก.
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Es innegable que la forma de consumir cultura ha cambiado. El desafรญo al que nos enfrentamos ahora es el de decidir si estamos dispuestos a dejar que la cultura siga siendo moldeada por la inmediatez y la superficialidad o si buscaremos formas de escapar de esta dictadura del consumo rรกpido. Nos encontramos en una encrucijada como sociedad: eligiendo entre el camino hacia la profundidad, la comunidad y la reflexiรณn o abrazando el caos que nos empuja hacia una desconexiรณn cada vez mayor de lo que nos hace humanos.
El remedio es el tiempo: promover la conciliaciรณn y los permisos laborales, la observaciรณn, el aburrimiento, volver al misterio y a la naturaleza (reduciendo el uso del mรณvil) y retomar la complejidad de lo sencillo, no de lo simple. Educar en el silencio y la observaciรณn, sin mรณviles ni tecnologรญas. Volver al pueblo no estarรญa mal, seguro.
El consumismo nos aleja de la naturaleza, que es la รบnica capaz de devolvรฉrnoslo todo: la observaciรณn, la humildad, la verdad, el silencio y una jerarquรญa natural que hemos perdido dรฉcada tras dรฉcada. La naturaleza nos ofrece un refugio donde podemos reconectar con nosotros mismos, experimentar la paz y el asombro y aprender a valorar el tiempo de otra manera. Nos enseรฑa la importancia de la pausa, la justa y necesaria para que nos abra paso a la vida en todas sus formas. Al sumergirnos en ella, encontramos la inspiraciรณn, la creatividad y una profunda sensaciรณn de pertenencia (venimos de ella, no lo olvidemos) aspectos que el consumismo atroz y los tiempos de โlo quiero para ayerโ no pueden proporcionar bajo ningรบn concepto.
Regresar a la naturaleza puede ser la clave para rescatar el consumo cultural de la superficialidad y la urgencia, acercรกndonos a la belleza con una mirada renovada, profunda y sincera. Sรณlo asรญ podremos revalorizar lo que hemos perdido en el camino del consumismo, las nuevas tecnologรญas y nuestro modelo de vida basado en la multitarea: nuestro tiempo.
Imagen generada por IA