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Daniel Lozano aboga por un enfoque holΓstico en la gestiΓ³n cultural, comparando al gestor con un compositor que coordina todos los elementos de un proyecto. Destaca que cada proyecto debe seguir una estructura clara y con un clΓmax bien definido. Concluye que el arte debe ser coherente y orgΓ‘nico, evitando la casualidad para ofrecer un significado profundo.
5/8/20244 min read
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La palabra "holΓstico" deriva del griego "holos", que significa "todo" o "completo". Por lo tanto, "holΓstico" se refiere a la idea de considerar algo en su totalidad, teniendo en cuenta todas sus partes y cΓ³mo interactΓΊan entre sΓ. En tΓ©rminos generales, se utiliza para describir un enfoque que busca comprender sistemas completos en lugar de analizar sus partes individuales de forma aislada.
Un buen gestor cultural es como un compositor, debe procurar el control de todas las partes que conforman su obra. Entender una canciΓ³n, un cuadro, un poema, una novela, un guion de cine o cualquier otra expresiΓ³n artΓstica sin atender a todas las aristas que lo conforman, es alejarse de esa visiΓ³n holΓstica, capaz de generar una verdad similar a la que nos brinda la naturaleza a diario.
El ritmo, la armonΓa, la estructura, la textura, el relato, la temΓ‘tica y el espacio son partes esenciales de cualquier proceso creativo. Son, por tanto, elementos a tener en cuenta en la elaboraciΓ³n de un proyecto cultural, no sΓ³lo en su concepciΓ³n, sino en su puesta en marcha, seguimiento y permanencia en el tiempo. En otros tΓ©rminos, quien no advierta estas dimensiones, estΓ‘ mΓ‘s cerca de un ejercicio meramente onanΓstico, presuntuoso, egΓ³latra e inconsciente, muy lejos de una puesta en marcha basada en la responsabilidad, redonda y consciente. Si hay un hecho relevante en la creaciΓ³n, entre otros tantos, es el de reconducir todos estos elementos hacia un punto o momento preciso y exacto: el clΓmax.
La palabra "clΓmax" proviene del griego "klimax", que significa "escala" o "escalera". En su uso original, se referΓa a un tΓ©rmino retΓ³rico que describΓa el punto culminante o el momento de mΓ‘xima intensidad en una secuencia de eventos o en una narrativa. Con el tiempo, este tΓ©rmino se ha ampliado para describir cualquier punto culminante, punto mΓ‘ximo o punto de mayor intensidad en multitud de disciplinas artΓsticas, y como no, tambiΓ©n en la gestiΓ³n de un proyecto cultural.
Como acostumbra, el ser humano acude a la naturaleza para inspirarse sobre el concepto de clΓmax. Ese punto de mayor tensiΓ³n, emociΓ³n e intensidad tiene su momento concreto, y no es baladΓ o casual, tal y como sucede en los ciclos propios de la naturaleza (la vida, las estaciones, el tiempo, la luna, el sol, el sexo, etcΓ©tera). No hay explosiΓ³n sin relajaciΓ³n, no hay dΓa sin noche, no hay cambio sin un proceso modulante, no existe el frΓo si no se conoce el calor. Lo racional y lo irracional van cogidos de la mano, haciendo de las suyas como opuestos que se atraen y son los ingredientes clave en la eclosiΓ³n del clΓmax. Esto es fundamental no perderlo de vista en ningΓΊn momento a la hora de conformar un proyecto cultural.
Para entender el lugar preciso donde se asienta el clΓmax en una obra o proyecto artΓstico, hay que seguir observando con humildad y pausa a la madre naturaleza. En el arte, los βnΓΊmeros mΓ‘gicosβ pueden referirse a ciertas proporciones matemΓ‘ticas o secuencias numΓ©ricas que nos vienen dadas de la Pachamama. Algunos de estos son:
1. NΓΊmero Γ‘ureo (Phi - Ο): Esta proporciΓ³n (aproximadamente 1.618) se ha utilizado en el arte y la arquitectura durante siglos debido a su asociaciΓ³n con la belleza y la armonΓa. Se cree que esta proporciΓ³n se encuentra en muchas obras de arte clΓ‘sicas y en la naturaleza.
2. Secuencia de Fibonacci: Esta secuencia de nΓΊmeros (0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, β¦) se encuentra en muchas formas y estructuras en el arte, desde la disposiciΓ³n de los elementos en una composiciΓ³n hasta la estructura de algunas obras de arte.
3. NΓΊmeros primos: Aunque los nΓΊmeros primos no se utilizan directamente en el arte, la aleatoriedad y la aparente falta de patrΓ³n en su distribuciΓ³n, pueden inspirar a los artistas a explorar conceptos como el caos, el azar y la complejidad en sus obras.
4. NΓΊmeros en la geometrΓa sagrada: En algunas tradiciones espirituales y religiosas, ciertos nΓΊmeros y proporciones se consideran sagrados y se utilizan en el diseΓ±o de sΓmbolos, mandalas y otros artefactos religiosos. Por ejemplo, el nΓΊmero tres.
De manera que si nos fijamos en el punto climΓ‘tico de una sonata de Beethoven, una novela de Charles Dickens, un nocturno de Chopin, una pelΓcula de Francis Ford Coppola, un concierto para piano y orquesta de Rachmaninov o una Γ³pera de Verdi, todos ellos han construido/creado sobre una estructura sΓ³lida basada en los ciclos de la naturaleza. De aquΓ nace la gran estructura de la creaciΓ³n: la introducciΓ³n, el desarrollo, el clΓmax y el desenlace; son cuatro partes. Por tanto, si aplicamos el nΓΊmero de oro, el clΓmax deberΓa de empezar a desarrollarse entre el dos y el tres. Esto se debe a que el nΓΊmero Γ‘ureo es aproximadamente igual a 1.618, lo que lo coloca entre estos dos nΓΊmeros en tΓ©rminos de magnitud. Por ende, en una secuencia numerada del uno al cuatro, el nΓΊmero Γ‘ureo estarΓa ubicado en algΓΊn punto entre el dos y el tres. Esto supone que al pasar la mitad del desarrollo (o segunda parte de la estructura que compone la pieza o proyecto artΓstico) se debe procurar un aumento considerable de la emociΓ³n y de la intensidad, para que esa tercera parte de nuestra estructura, se convierta en el clΓmax o momento Γ‘lgido de nuestra propuesta.
Un parque temΓ‘tico, una exposiciΓ³n, un concepto de museo, un ciclo, un programa, un festival o cualquier expresiΓ³n artΓstica que conlleve una estructura, debe de estar bien dirigida para que los espectadores entiendan desde lo natural una evoluciΓ³n que viene dada de una propuesta inteligente y holΓstica, sin pretensiones, basadas en la naturaleza y en lo convencional. Asegurarnos de que un proyecto creativo tenga sentido desde que comienza hasta que finaliza, como un todo, tal como un cΓrculo perfecto.
El devenir del arte no debe ser fruto de la casualidad, del capricho insensato de no conducir mΓ‘s allΓ‘ de lo que abarca un elemento como parte de un conjunto. Compositores, escritores, directores, pintores y gestores culturales, entre otros, deben de estar preparados para el todo, si no, les esperarΓ‘ la nada.