π—”π—¬π—¨π—‘π—§π—”π— π—œπ—˜π—‘π—§π—’π—¦ π—€π—¨π—˜ π—”π—£π—¨π—˜π—¦π—§π—”π—‘ 𝗣𝗒π—₯ π—Ÿπ—” π—–π—¨π—Ÿπ—§π—¨π—₯𝗔 π—¦π—’π—¦π—§π—˜π—‘π—œπ—•π—Ÿπ—˜. π— π—˜π—‘π—’π—¦ π—™π—œπ—˜π—¦π—§π—” 𝗬 𝗠Á𝗦 π—˜π—¦π—£π—”π—–π—œπ—’π—¦ π—£π—˜π—₯π— π—”π—‘π—˜π—‘π—§π—˜π—¦

El texto critica la falta de espacios culturales permanentes en los pueblos y defiende la cultura como motor de desarrollo sostenible. Destaca el ejemplo de Genalguacil, entre otros, que apuesta por el arte como identidad y legado duradero.

5/8/20244 min read

π—”π—¬π—¨π—‘π—§π—”π— π—œπ—˜π—‘π—§π—’π—¦ π—€π—¨π—˜ π—”π—£π—¨π—˜π—¦π—§π—”π—‘ 𝗣𝗒π—₯ π—Ÿπ—” π—–π—¨π—Ÿπ—§π—¨π—₯𝗔 π—¦π—’π—¦π—§π—˜π—‘π—œπ—•π—Ÿπ—˜. π— π—˜π—‘π—’π—¦ π—™π—œπ—˜π—¦π—§π—” 𝗬 𝗠Á𝗦 π—˜π—¦π—£π—”π—–π—œπ—’π—¦ π—£π—˜π—₯π— π—”π—‘π—˜π—‘π—§π—˜π—¦.

Hay pueblos que me duelen profundamente. Lo digo con la mano en el corazΓ³n, sin decir nombres pero tampoco evadiendo el expresarlo pΓΊblicamente (que lo hago cada vez que puedo). A veces, es necesario ser honestos y llamar a las cosas por su nombre. No se me ocurre mejor manera de amar al lugar que me ha visto crecer que siendo crΓ­tico. ΒΏPor quΓ© no podemos tener un museo o espacio cultural estable en mi tierra? MΓ‘xime, cuando tenemos un molino espectacular y, prΓ‘cticamente restaurado, existen ayudas de todo tipo para culminar su puesta en marcha. La comparaciΓ³n se vuelve aΓΊn mΓ‘s dolorosa cuando consideramos que contamos con uno de los mejores espacios culturales de toda la AxarquΓ­a, e incluso de AndalucΓ­a (ya he compartido mucho sobre la maravilla que tenemos allΓ­). Mientras tanto, seguimos visitando otros pueblos para apreciar y valorar el esfuerzo que han dedicado a dignificar su cultura y preservar la memoria de sus habitantes, calles e historia en un espacio cultural dedicado.

En un contexto donde los desafΓ­os sociales y econΓ³micos son cada vez mΓ‘s complejos, los ayuntamientos deben asumir su responsabilidad de promover una cultura que vaya mΓ‘s allΓ‘ de las fiestas y el entretenimiento superficial. La cultura no puede reducirse a una excusa para salir a tomar una copa; debe ser un motor de transformaciΓ³n social, educaciΓ³n, evoluciΓ³n comunitaria y sostenibilidad.

Es preocupante ver cΓ³mo algunos ayuntamientos entienden la cultura ΓΊnicamente como una serie de eventos dispersos, cuyo principal objetivo se dirige a mantener a la gente entretenida y fuera de casa. Este enfoque no sΓ³lo banaliza el concepto de cultura, sino que tambiΓ©n desaprovecha una valiosa herramienta para el desarrollo humano y social.

La obligaciΓ³n de los polΓ­ticos locales no es sΓ³lo ofrecer distracciΓ³n momentΓ‘nea, sino construir un pueblo mejor, mΓ‘s educado, formado y socialmente comprometido. En estos tiempos de creciente individualismo y dificultades econΓ³micas necesitamos, mΓ‘s que nunca, espacios culturales fijos con propuestas estables y de calidad.

Un ejemplo inspirador de cΓ³mo un ayuntamiento puede y debe fomentar la cultura es el de Genalguacil, conocido como "Genalguacil Pueblo Museo". Este pequeΓ±o municipio malagueΓ±o ha entendido que la cultura no es un lujo, sino una necesidad. Genalguacil ha convertido el arte en el eje central de su identidad, organizando bienales de arte en las que los creadores exhiben obras que quedan en el pueblo, enriqueciendo su patrimonio cultural de forma permanente. AdemΓ‘s, se han establecido espacios fijos dedicados al arte y la cultura, lo que proporciona a los residentes y visitantes una oferta continua y de calidad.

La experiencia de Genalguacil demuestra que la cultura puede ser un elemento de cohesiΓ³n y orgullo comunitario, ademΓ‘s de un atractivo turΓ­stico sostenible. No se trata de una programaciΓ³n similar a la de un pub, donde la gente simplemente va a beber y escuchar mΓΊsica de fondo, sino de crear un entorno en el que los ciudadanos puedan realmente crecer y desarrollarse.

Los ayuntamientos deben invertir en infraestructuras culturales permanentes, como bibliotecas, centros culturales y programas educativos, que faciliten el acceso a la cultura para todos. Es necesario implementar polΓ­ticas culturales que promuevan la creatividad, la participaciΓ³n ciudadana y la reflexiΓ³n crΓ­tica, en lugar de limitarse a ofrecer entretenimiento temporal asociado a la hostelerΓ­a, perpetuando asΓ­ el binomio de bebida y concierto.

Es hora de repensar la cultura como un derecho y un recurso esencial para el desarrollo sostenible de nuestras comunidades. Los polΓ­ticos deben estar a la altura de este desafΓ­o, promoviendo una cultura que realmente contribuya a hacer de nuestros pueblos lugares mΓ‘s justos, inclusivos y enriquecedores para todos. Sigamos el ejemplo de Genalguacil y otros municipios de mi tierra, La AxarquΓ­a, como El Borge y AlmΓ‘char, donde se ha apostado por generar un espacio estable para la cultura, independientemente de la programaciΓ³n cultural ligada a periodos concretos del aΓ±o. He aquΓ­ dos ejemplos mΓ‘s de alcaldes que apuestan por un espacio cultural y se arremangan para conseguirlo, con todo lo que conlleva de trabajo, papeleos, licencias, subvenciones, reuniones con otras administraciones y dolores de cabeza. Eso es amor al pueblo y vocaciΓ³n polΓ­tica. OlΓ© por ellos.

Un ayuntamiento que invierte en un espacio cultural permanente, como un museo, estΓ‘ haciendo una propuesta duradera, no eventual. Esto refleja la sensibilidad y el compromiso con la historia, la tradiciΓ³n y la cultura de la tierra que representa, dejando una huella duradera en su comunidad.

OjalΓ‘ en un futuro cercano la cultura en nuestros pueblos disponga de espacios estables que se conviertan en autΓ©nticas seΓ±as de identidad para sus habitantes. Estos espacios deben ir mΓ‘s allΓ‘ de las propuestas culturales ligadas a actos concretos y festividades, con el fin de ofrecer un legado eterno y estable en el tiempo. Invertir en espacios culturales permanentes no sΓ³lo enriquece la vida de un pueblo, sino que tambiΓ©n asegura la preservaciΓ³n de su historia y tradiciones, siendo un ejemplo de respeto y sostenibilidad a la tierra. Que cada pueblo encuentre en la cultura su refugio y orgullo, y que los polΓ­ticos hagan los esfuerzos pertinentes por mantenerla viva para su eterno reconocimiento y valoraciΓ³n por parte de todos. Menos fiestas y mΓ‘s cultura.

Collage de fotos: Daniel Lozano. ImΓ‘genes tomadas de internet.