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Este capรญtulo de Daniel Lozano rinde homenaje al verdialero Paco Maroto, resaltando su legado y la autenticidad de su contribuciรณn a los verdiales. Lozano recuerda cรณmo esta mรบsica conecta con las emociones y las raรญces, evocando recuerdos personales y reflexionando sobre el sentido de comunidad que representa.
5/8/20244 min read
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Recientemente el polifacรฉtico Jesรบs Martรญnez ha presentado su primer libro, โMi padre tiene mucho cuentoโ. Esta obra es un canto al misterio, a la tradiciรณn, a la dialรฉctica, una autรฉntica mirada hacia el Humanismo, la belleza y el arte. La sopa de la abuela, una casa encantada, y la historia de un peatรณn que camina entre la multitud, entre otros, ponen en valor a la magia de la palabra y del silencio que nos rodea. Tuve la suerte de realizar la gestiรณn editorial de esta obra de arte y tambiรฉn, componer la mรบsica del audiolibro, en la que son protagonistas el autor, su hija Jimena y la madre de esta, Cristina.
Aรฑos atrรกs, en la producciรณn musical que llevรฉ a cabo en el 2011 para su segundo disco โBaรฑos del Carmenโ (como veis, Jesรบs es un artista poliรฉdrico) le sugerรญ que, como colofรณn, este trabajo discogrรกfico terminase en clave de verdial, cantado e interpretado por Paco Maroto. Allรก que nos plantamos en casa de maestro para grabarle. La muerte reciente de esta leyenda de los verdiales me ha llevado a escribir esta nueva entrada. No he dejado de pensar en la cantidad de momentos y recuerdos que me rodean a su figura. El mรกs especial el de mi abuela que bailรณ en los aรฑos 80 con su panda. Fue, quizรก, la primera mรบsica que a mรญ me hizo querer ser mรบsico. Sinceramente, era tan fuerte lo que sentรญa cuando escuchaba aquella grabaciรณn de aquel viejo casete que resonaba en las paredes de la casa de mis abuelos que, aรบn hoy, no ha habido Sinfonรญa, รpera, Rรฉquiem, Preludio, Scherzo o Fuga que me haya provocado esa inmensa sensaciรณn de verdad, pureza, libertad, paz, sinceridad y conexiรณn real con la tierra, la misma a la que Lorca definรญa en una de sus Casidas: โLa Tierra lisa, limpia de caballosโ. A esa tierra me refiero.
A lo que voy: el libro de Jesรบs, el final de su segundo disco, la vida y la muerte de Paco, los verdiales, el misterio, el rito, la magia de la palabra, el valor de la comunidad en la celebraciรณn, la tradiciรณn y la raรญz, me han llevado a esta sobreexcitaciรณn holรญstica, casi mรญstica, para hablar de los verdiales, y de Paco, que es lo mismo. No sรณlo es el folclore vivo mรกs antiguo de Europa, sino que aglutina todas las verdades, las mismas para cualquier persona de este mundo, y eso es sublime.
Ahora que ha finalizado la feria de Mรกlaga, esa ciudad en la que vivo y a la que adoro, la misma que ha dado casa a este folclore milenario, miles de personas han dado rienda suelta a la diversiรณn, haciendo de esta ciudad un ejemplo de macro espectรกculo. Me es inevitable pensar en los bailes antiguos, aquellos que bailaba mi abuela junto a la Panda de Comares de Paco Maroto y se me viene a la cabeza una reflexiรณn de Serge Salaรผn: โLa canciรณn-espectรกculo marca una etapa de regresiรณn de la cultura popular, ya que la canciรณn deja de ser, paulatinamente, una prรกctica y una participaciรณn individual y colectiva, un comportamiento activo exteriorizado y pasa a ser un espectรกculo (algo que se contempla), una mera diversiรณn. Su evoluciรณn del hacer al ver, signo de la desapariciรณn de toda cultura comunitaria significante en provecho de la cultura-espectรกculo โ.
Quรฉ lejos estamos de todo aquello. Si algo ha dado la fiesta de los verdiales a esta ciudad es una manera propia de relacionarnos entre distintas generaciones, en la que se bebรญa, se bailaba, se encontraba el amor (y el desamor), se reforzaba la amistad y se daba la bienvenida a golpe de solsticio y misterio a la vida. Quรฉ lejos estamos de todo aquello, insisto. Ya sรณlo guardamos, como el que lo tiene metido en un cajรณn, el folclore vivo mรกs antiguo de Europa, pero no convivimos con รฉl, no formamos parte de suya ni somos conscientes de sus dimensiones.
Voy a meter la quinta marcha. Ya creo que estรก bien usar a los verdiales como marca Mรกlaga, como una pose intelectual. Situarlos en una caseta rodeada de otro ciento de casetas con mรบsica comercial, descontextualizarlos en un escenario y sometiรฉndolos a la mayor desnaturalizaciรณn posible para este gรฉnero: sonorizรกndolos.
Quiero museos y galerรญas con verdiales, a secas, con el propio altavoz de las paredes que le rodean, quiero terrazas donde resuenen los platillos y el laรบd, quiero calles inesperadas y estrechas donde te encuentres una panda deleitรกndonos con verdades como puรฑos, que sรณlo suene su mรบsica, sin que nada la perturbe, hasta que se funda en un silencio azul mediterrรกneo. Ya estรก bien de esta dictadura esnob donde la lรญnea programรกtica de las numerosas exposiciones o actos celebrados en nuestros museos sean de cariz contemporรกneo, siempre aderezados con mรบsica electrรณnica, ya empieza a ser algo recurrente y previsible. No hace falta que vayamos de modernos cuando tenemos el folclore mรกs antiguo de Europa. Como dijo un buen amigo mรญo, cuando el pescado es fresco, no se le echa nada. Pues eso.
Querido Paco, si alguna vez piso un puesto de gestor cultural en alguna instituciรณn o espacio, prometo honrarte a ti, a mi abuela y a todas las personas que durante siglos han celebrado la fiesta mรกs hermosa y verdadera del planeta.
ยกViva la fiesta!
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๐ฑ๐ฐ๐ณ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ฎ๐ฆ ๐ง๐ข๐ญ๐ต๐ฆ ๐ข๐ญ๐ฆ๐จ๐ณรญ๐ข.
๐๐ฏ ๐ฎ๐ฆ๐ฎ๐ฐ๐ณ๐ช๐ข๐ฎ
a Paco Maroto.
Fotografรญa: Jorge G.R. Dragรณn